Buzo del Drenaje, un trabajo extremo.



El Grupo de Buceo del Drenaje son el equipo de emergencias con el que cuenta el Sistema de Aguas de la Ciudad de México. Los trabajadores realizan inmersiones tanto en aguas tratadas como en aguas negras; su trabajo consiste en el rescate de materiales que se caen o se desarman en las compuertas, así como en facilitar el desazolve y limpieza de los canales donde corre el agua residual, misma que se taponan con la basura que arrojan a la calle los capitalinos. Julio Cu Cámara es el único buzo que queda desde la creación de este equipo en 1983, luego de la deserción de sus demás compañeros. En un día de trabajo, dependiendo de las circunstancias, una inmersión en aguas negras va desde los 30 minutos hasta más de 4 horas.











Julio César Cu Cámara, tiene 53 años de edad y lleva más de 30 años como buzo industrial, trabaja con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México; su labor consiste en sumergirse en aguas negras para limpiar las bombas, destrabar las compuertas para que fluya el agua y retirar la basura que tapa los canales del drenaje. “Anteriormente tenía dos compañeros, pero desertaron de este trabajo, no les gusta como a mí”.
Luego de su tarea, sale de la atarjea por donde descendió entre cinco y siete metros de  profundidad en los drenajes de la Ciudad de México; su trabajo, inspeccionar el nivel de azolve y rastrear sólidos de gran tamaño que taponan los desagües y provocan encharcamientos o inundaciones. Su única protección el traje de buzo y un cable con el que se comunica a la superficie con su equipo de apoyo.
“Debajo no nado, más bien camino porque hay mucha basura y la armadura está muy pesada. Puedo bajar hasta 50 metros de profundidad. Aquí el miedo siempre es latente, pero todo lo hago con cuidado. He tenido problemas como cuando me quedo sin comunicación, pero como estoy amarrado, me regreso con el mismo cable”, cuenta este buzo nacido en Yucatán.
Al salir del agua verde, Julio César, se quita la escafandra de 14 kilos y un traje que pesa otros 30 más, esto lo usa para evitar que los líquidos contaminados lo toquen y pueda contraer alguna infección o enfermedad, que a la fecha no ha ocurrido. Para sumergirse Cu Cámara, emplea la escafandra, un casco de metal cerrado, con un cristal al frente, conectado a la superficie mediante una manguera para suministrar el aire que respira durante su inmersión y un traje para buceo de origen noruego poco común en México.
Se trata de un equipo especial herméticamente sellado. Esos trajes –añade— son usados normalmente en aguas muy frías en los mares del norte de Noruega y en la Ciudad de México se comenzaron a utilizar para labores en el drenaje. El traje y la escafandra son lavados con agua y jabón en cuando están en la superficie y posteriormente son desinfectados con químicos quirúrgicos.
En época de lluvias es cuando más trabajo tiene, su misión es descender al drenaje así como apoyar en las labores para supervisar el estado del mismo y dar mantenimiento a las 91 plantas de bombeo del Sistema de Aguas, donde encuentra desde una bolsita de papas, hasta troncos, partes de coche, llantas, electrodomésticos, colchones, alfombras, botellas de pet, bolsas con basura, entre otros objetos que la gente arroja a la vía pública o en los desagües. El Sistema de Aguas de la Ciudad de México, señala que 40 por ciento de los factores de riesgo para inundar las calles proviene de coladeras obstruidas con objetos sólidos, sobre todo PET.
Julio César Cú, sabe que su labor es importante para dar salida a las aguas negras  quitando de los caños objetos de gran tamaño para aligerar el fluido de las plantas de bombeo.
"Yo no saco la basura pequeña, insiste, sino los objetos grandes con ayuda de una rejilla que los transporta a la superficie, desde una llanta, un colchón o partes de un auto, para ello, arriba utilizan  una grúa de 45 a 75 toneladas", dijo. 
Aunque su labor la realiza solo y a oscuras a varios metros de profundidad, su equipo de trabajo se encarga de controlar el ascenso y descenso desde la superficie; supervisa la cantidad de aire que respira; checa que la comunicación sea permanente, identifica el punto donde se ubica dentro del agua y transmite las instrucciones al manipulador de la grúa, además monitorean mi estado de salud, el estatus de mi respiración y mi ubicación, así como la cantidad de azolve, el rastreo de sólidos y en caso de que tenga lugar, el hallazgo de objetos de gran tamaño. “A los diez centímetros que entro, ya no veo nada. Lo que yo hago –reitera— es concentrarme en la radio cuando me están hablando y en las cosas que voy a hacer. Aprende uno a trabajar a oscuras”, dice al comentar que se guía por el tacto.
Anualmente el SACMEX se pone la meta de desazolvar 6 mil kilómetros de redes de drenaje, 238 mil accesorios del drenaje que se componen por coladeras, pozos de visita, bocas de tormenta, rejillas y coladeras pluviales, todo con el objetivo de evitar inundaciones. Su equipo de colaboradores integrado por José Hernández que lleva 16 años trabajando en el Sistema; Víctor Carrera Rojas, con una antigüedad laboral de 23 años; Agustín Chávez Hernández, con un año y medio y Ángel Juárez, dos años y medio, a estos dos últimos trabajadores los entrena para ser los próximos buzos de aguas negras.

Fuentes: maspormas.com, record.com.mx, almomento.mx









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