El acueducto del Padre Tembleque, importante obra hidraulica, patrimonio de la humanidad.


El acueducto del Padre Tembleque en México, es la obra de ingeniería hidráulica más importante construida en el siglo XVI durante el Virreinato de la Nueva España en el continente americano, con la finalidad de conducir agua a los pueblos de Otompan, actual Otumba y la Congregación de Todos los Santos actualmente Zempoala, así como a otras poblaciones ubicadas en su trayecto.





La obra fue planeada y dirigida por un fraile franciscano de nombre Francisco de Tembleque, natural de la provincia de Toledo, España, quien llegó a la Nueva España en 1542 en compañía de fray Juan de Romanones y fray Francisco de Bustamante al pueblo de Otumba (hoy Estado de México), donde motivado por la escasez de agua en la región y por el acaparamiento que existía por parte de los colonos españoles decide iniciar una obra encargada de llevar el vital líquido a los indígenas de dicha población junto a todas aquellas que se encontraban en el trayecto.

Conformada por 6 arquerías, de las cuales la más conocida se encuentra sobre el río Papalote próxima a la población de Santiago Tepeyahualco; la Arquería Mayor o Arquería Monumental de Tepeyahualco, se ubica entre los límites del Estado de México y el Estado de Hidalgo, siendo el cauce del Papalote el límite natural; esta sección cuenta con 68 arcos de medio punto que se extienen a lo largo de 904 metros, alcanzando en su punto más alto 38.75 metros.

La obra se proyectó originalmente a tres años; para ello, el rey otorgó una cédula real al pueblo de Otumba que lo liberaba del tributo (alrededor de 3,000 pesos) por dicho tiempo. La edificación sería el pago, pero después el monarca recibió una petición para prolongar la exención a diez años.

Extrañado, Carlos V comisionó al juez Alonso de Bazán a informarse de la gestión de los recursos, las características del acueducto y las necesidades del vital líquido que aquejaban a Otumba y a las comunidades congregadas alrededor del Convento de Todos los Santos Zempoala, caso de la propia Zempoala, Zacuala y Tlaquilpan.

La respuesta de Bazán fue clara: se requerían 10 años más para acabar la obra y valía la pena concluirla. Sabemos que el acueducto corre a lo largo de 48.22 kilómetros sorteando cerros, barrancas y hondonadas.

De acuerdo con lo expresado por uno de los frailes en el legajo estudiado por la historiadora María Castañeda, participaron “entre 400 y 600 personas diariamente; otro más señala que el trabajo se repartía en cuadrillas, aproximadamente 200 cargaban el material y 200 indígenas más comandados por peones maestros realizaban propiamente la albañilería”, detalla  la experta.
Siempre se ha creído que Tembleque no tenía idea de cómo hacer un acueducto y es totalmente falso”, corrige María Castañeda. Juan de Zarza de Agüero fungía como agrimensor, especialista en medir la superficie y levantar los planos correspondientes; y fray Francisco de Tembleque lo hacía como hidromensor.

Fuentes: wikipedia, inah.gob.mx





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