Estudios recientes sugieren que incinerar desechos es una opción más limpia y productiva que los rellenos sanitarios, los tiempos cambian y los problemas ambientales de ayer empiezan a presentarse como las soluciones de hoy.
Actualmente, la mayoría de la basura que genera el país es enviada a rellenos sanitarios que se extienden cientos de hectáreas y están ubicados a varios kilómetros de distancia de las ciudades que la produce.
La ciudad de Nueva York ofrece un ejemplo. Ésta genera cerca de ocho millones de toneladas de desperdicios domésticos (no industriales) al año y transporta por camión la mayoría de esa basura a rellenos sanitarios en Virginia y Pensilvania.
En el pasado, se creía que quemar la basura era contraproducente porque el proceso emitía sustancias tóxicas al aire. En una era en la que las grandes amenazas ecológicas eran los agentes de polución localizados (como el smog y los humos que causan cáncer), los rellenos sanitarios parecían como el menor de los dos males.
La suciedad en el aire es aún una preocupación, pero ahora ha sido relegada a segundo plano por los temores de un cambio climático global. En ese cálculo del daño ambiental, investigaciones recientes sugieren que quemar la basura es mejor que enterrarla.
El atractivo de la mayoría de los incineradores modernos es que no sólo queman la basura, sino que también usan el calor de la incineración para hervir agua, lo cual crea vapor, que a su vez genera electricidad.
Los rellenos sanitarios también producen combustible, en la forma de gas metano, que puede ser capturado y usado para generar energía. Sin embargo, un estudio reciente de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA, por sus siglas en inglés) indica que la mayoría de los rellenos sanitarios no captura todo el metano, un gas con un potente efecto invernadero. El estudio concluyó que incinerar una tonelada de basura emite por lo menos 35% menos gases con efecto invernadero y produce 10 veces más energía que enterrarla en un relleno sanitario.
Pero a medida que crecen las preocupaciones sobre el cambio climático, cualquier fuente de energía renovable, así sea una pila de basura, parece atractiva.
La crisis energética de finales de los años 70 impulsó una ola de plantas que quemaban basura para generar energía. Actualmente, aproximadamente 87 plantas, que queman basura para producir energía operan en EE.UU., principalmente en Florida, Nueva York y Minnesota.
Cerca de 13% de la basura estadounidense es incinerada, mucho menos que el 54% que termina en los rellenos sanitarios y el 33% que es reciclada. Las plantas modernas convierten gigantescas pilas de basura en ceniza y, a pesar de esto, están ubicadas por lo general en áreas densamente pobladas.
Long Island, la región en el este del estado de Nueva York, tiene cuatro incineradores, una de las concentraciones más densas en EE.UU. El más grande, una planta de Covanta Energy Corp. en el suburbio de Hempstead, quema 950.000 toneladas de basura al año, justo al lado de un centro comercial. Su chimenea de 39 pisos es la estructura más alta de Long Island.
Los camiones llenos de basura de Long Island y la ciudad de Nueva York entran a un salón cavernoso en la planta a un ritmo de uno cada cinco minutos. La basura es llevada a otro salón, donde el operador de grúa la esparce con una mano de acero de nueve toneladas, una forma de mezclarla con el aire para que se queme más rápido.
Después de revolverla, la basura es puesta en una cinta transportadora que la lleva a los incineradores, donde es quemada a más de 1.000 grados centígrados, creando así el calor que es usado para generar electricidad.
Fuente: www.portafolio.com.co
¿EN QUE ESTADO DE LA REPUBLICA MEXICANA HAY ESTE TIPO DE INCINERADORES?
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