" Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga." Mahatma Gandhi (1869 - 1948) Político y Pensador Indio.

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Great Pacific Garbage Patch, una inmensa isla flotante de basura en el Océano Pacifico.




La Gran Mancha de Basura del Pacifico es como una isla flotante de basura que se formó en el Giro del Pacífico Norte, formado por las corrientes Norte Pacífica, California, Norte Ecuatorial y Kuroshio. Es una enorme “sopa de basura gigante”, y su extensión no se conoce del todo, aunque se dice que tiene dimensiones semejantes a 3 veces las de la Península ibérica.
Esta verdadera vergüenza que denuncia la falta de respeto del hombre hacia la naturaleza se descubrió de casualidad por el oceanógrafo norteamericano Charles Moore, mientras realizaba una competición de veleros en el año 1997.
Se cree que la isla de basura se extiende por un área de 500 millas náuticas, desde la costa de California, pasando por las aguas de Hawaii hasta casi llegar a Japón.
Hay de todo, desde bolsas de plástico y pelotas de fútbol hasta destrozos de embarcaciones y provenientes de naufragios. De los 100 millones de toneladas que componen la isla flotante, un quinto de los objetos viene de plataformas de petróleo y embarcaciones que pasan por la zona, y el resto de los continentes.
Cada año se arrojan al mar más de 10 millones de toneladas de desperdicios plásticos. La mayor parte no regresa a ensuciar las playas y costas, sino que terminan siendo arrastrados por las corrientes oceánicas hasta acumularse en un área del Pací­fico Norte del tamaño de la Pení­nsula Ibérica, formando una verdadera isla de basura flotante.
El principal problema de los residuos plásticos es que no se degradan como los materiales naturales. Por ejemplo, una botella plástica arrojada al mar termina convirtiéndose en minúsculos pedacitos debido a la acción del Sol y las corrientes marinas. Pero esos pedacitos siguen siendo de plástico; su constitución básica no resulta alterada. Otros objetos más grandes (como restos de utensilios, tapones y envases) apenas resultan afectados durante siglos enteros.
Muchos de esos desechos son trasladados por las corrientes oceánicas hasta un sector del Pací­fico Norte en el que las aguas giran lentamente, en el sentido de las agujas del reloj. Los vientos son escasos y no existen islas en donde los trozos de basura más grandes puedan encallar. Así­ que una gigantesca masa de plásticos permanece flotando como una isla de basura en una extensa región, conocida como “Vortex del Pací­fico” o más precisamente, “Great Pacific Garbage Patch” o simplemente basural del Pacifico.
La densidad de los restos flotantes aumenta dramáticamente año tras año. Por cada cinco kilogramos de plancton, se encuentra un kilogramo de desechos plásticos. Muchas aves marinas y peces terminan pereciendo al consumir ciertos desperdicios plásticos, como tapas de botella o carcazas de encendedores. Se estima que cada año, más de un millón de aves y cien mil mamí­feros y tortugas marinas mueren debido a la ingestión de los restos de plástico arrojados al océano. Por supuesto, no todos los plásticos flotan. En realidad, alrededor del 70% de la basura plástica acaba contaminando el fondo de los océanos.
Otro grave problema es que los plásticos actúan como una especie de “esponja química”, concentrando la mayor parte de los contaminantes tóxicos en los océanos: los POPs (“persistent organic pollutants”, contaminantes persistentes orgánicos). Los animales que consumen estos materiales contaminados los transfieren a lo largo de la cadena alimentaria, con los riesgos que ello implica.
El capitán Charles Moore fue el primero en descubrir este fenómeno y estudiarlo, en el año 1997. Desde entonces se han realizado numerosas expediciones cientí­ficas con rumbo al basural del Pací­fico Norte. Desde septiembre de 2007, la nave de investigación oceanográfica Alguita se encuentra en la región realizando estudios sobre el aumento de la densidad de los desperdicios y sus consecuencias sobre el ecosistema. Los informes de sus descubrimientos están siendo publicados regularmente en un blog que incluye fotografí­as de las distintas muestras de desechos encontrados en las aguas.
Fuentes: ecologismo.com, blog.nuestroclima.com

Río Citarum, navegando en un vertedero de basura






Había una vez un río que fluía suavemente, donde los pescadores echaban sus redes, y las aves marinas se alimentaban en sus riveras, su belleza natural hechizaba los visitantes, los aldeanos utilizaban el agua para sus casas y los arrozales se nutrían con el líquido de sus canales de riego.
Hoy, el Citarum es un río en crisis, cerca de la capital Indonesia de Yakarta, muestra el abuso escandaloso al que el hombre lo a sometido, ahogado por la basura doméstica de nueve millones de personas y las aguas residuales sin tratar de cientos de fábricas.
Tan densa es la alfombra de basura que las embarcaciones pequeñas de madera que flotan a través de él, son el único indicio de la presencia de agua.
Los pescadores ya no atrapan peces en sus aguas, es más rentable la recolección de desperdicios que se puedan reaprovechar, materiales como plásticos, vidrio y madera para su venta, pero el riesgo de contraer enfermedades en estas condiciones es demasiado contra los bajos ingresos que puedan obtener.

Más de 500 fábricas, muchas de ellas de producción de textiles cuyas aguas residuales requieren de tratamiento químico, descargan sus desechos a lo largo de la ribera del río, con aproximadamente 200 millas de longitud este río es la mayor vía navegable en el oeste de Java.
En zonas donde no hay el lujo de un servicio de recogida de basura y tampoco hay instalaciones sanitarias modernas, todo va al río. El agua sucia es canalizada en los arrozales, mientras que las familias con riesgo de su salud recogen el agua para beber, cocinar y lavar.
Hace veinte años, este era un lugar de belleza, como un hombre de la localidad, recuerda: "Nuestras mujeres lavaban en sus riveras y nuestros hijos nadaban en sus aguas".

La afectación y contaminación del río se inició con una rápida industrialización durante la década de 1980. De pronto el poderoso Citarum pronto se convirtió en un cubo de basura de las fábricas y las ciudades.
Y el efecto del “fin del mundo” se extiende, al ser uno de los dos principales ríos que alimentan el lago Saguling, donde los franceses han construido el mayor generador de energía en el oeste de Java, los expertos predicen que, como el río se ahoga, su volumen disminuye y el generador no funcionará correctamente.
Como un epitafio, la zona se sumirá en la oscuridad, solo entonces las fábricas será silenciadas y sus residuos dejaran de fluir y tal vez el río comience a respirar de nuevo.
En diciembre de 2008 el Banco Asiático de Desarrollo aprobó una ayuda que escalaba la suma de $500 millones de dólares para su saneamiento.
Fuente: dailymail.co.uk

Plastiki, una embarcación hecha con botellas de plástico.







Plastiki es un catamarán y está hecho de 12.000 botellas de plástico y partió este fin de semana desde San Francisco, Estados Unidos, rumbo a Australia, con el propósito de aumentar la conciencia sobre la contaminación de los océanos.
Bautizado con un nombre que le hace honor a su material, el Plastiki es un catamarán que se mueve a fuerza de energía solar, viento y turbinas marinas. Bicicletas especiales son la fuente energética de los computadores personales, hay un baño ecológico y jardineras para cultivar frutas y verduras.
Si todo sale bien, durante tres meses el bote recorrerá 20.000 kilómetros llamando la atención sobre la gran cantidad de desechos que flotan en los mares del mundo, matando a miles de aves y especies marinas que los confunden con alimentos.
Uno de los puntos clave de la travesía es el paso por la llamada "isla de la basura" o el "parche de basura del Pacífico Norte", formada por más de seis millones de toneladas de plástico, que flota a la deriva entre California y Japón.
Las botellas que dan forma al Plastiki están llenas con dióxido de carbono para hacerlo más durable y resistente. La tripulación del Plastiki, encabezada por el millonario ambientalista británico David De Rothschild, "Llegó la hora de ganarle a la basura", dijo el ambientalista en una entrevista con la BBC.
"Este es un tema poco visible que, sin embargo, causa mucho daño y tiene que ser enfrentado", agregó De Rothschild, quien relató que para crear el Plastiki se inspiró en la expedición del Kon Tiki, en la que un grupo de científicos liderados por el noruego Thor Heyerdahl navegó a través del Pacífico en una balsa de madera.

De California hasta Australia, ésta será la misión del Plastiki, una embarcación que cruzará medio planeta para lanzar un mensaje de alerta por los peligros de un mundo desechable y del cambio climático. Una parte de la misión del Plastiki será la de encontrar formas de reutilizar plásticos.
Este catamarán, que medirá unos 60 pies de punta a punta. Ha sido bautizado con el nombre de Plastiki en honor a la balsa Kon-Tiki, que navegó en 1947 las aguas del Pacífico tripulada por el explorador Thor Heyerdahl. Se da la curiosa coincidencia de que uno de los miembros del equipo del Plastiki es Josian Heyerdahl, nieta del citado explorador. Esta científica medioambiental de 25 años tuvo conocimiento de la expedición auspiciada y liderada por David de Rothschild (descendiente de la célebre familia de banqueros británicos) y se ofreció a formar parte de la misma.

El casco de la embarcación consiste de una estructura rígida de plástico que forman compartimentos en los que cerca de 12.000 botellas vacías son apiladas para hacerlo flotar. La tripulación se encuentra en una cúpula geodésica, rematada por paneles solares, y tendrá comodidades tales como camas, ducha solar e inodoro de compost.
Durante el viaje, la tripulación tiene previsto documentar la contaminación planetaria, tales como la de las grandes manchas de desechos flotantes del océano, los efectos de los ensayos nucleares en el atolón de Bikini, o las consecuencias del cambio climático.
La empresa Hewlett-Packard Co. está proporcionando la tecnología para el viaje, así como el Centro de Control de la Misión Plastiki. En el centro habrá una serie de pantallas interactivas y exposiciones, a través de las que los visitantes podrán seguir el el viaje del Plastiki y enviar mensajes de texto.
Fuentes bbcmundo, ecologiablog.com



Drenaje de la Ciudad de México, afectado por la Basura y Hundimientos.




La sobrepoblación, la basura, las invasiones a zonas de reserva ecológica y la sobreexplotación de mantos freáticos han colocado al sistema de drenaje del valle de México en una situación de obsolescencia, advierten analistas y expertos.
A lo anterior se suman el cambio climático que modifica los patrones y la intensidad de las lluvias, 14 años de olvido gubernamental en la reparación de fallas y hasta el deshielo de los volcanes que elevan la cantidad de agua que llega a la parte baja del valle.
Los múltiples problemas que enfrentan los 12 mil 343 kilómetros de drenaje dejan a la zona metropolitana en un riesgo permanente de inundaciones provocadas por fuertes lluvias.
La situación ha empeorado debido a que el sistema ha perdido en 35 años la capacidad de desalojar 80 mil litros de agua por segundo. Cuando se inauguró, en 1975, el Gran Canal de Desagüe tenía una capacidad de expulsión de 280 mil litros por segundo. Para 2007 sólo podía sacar 150 mil litros y hoy, después de inversiones por 360 millones de pesos para instalar plantas de bombeo, se ha llegado a 200 mil litros por segundo.
Blas Anda Carrillo, ingeniero del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), lamenta que nadie le dé la importancia debida al drenaje, sólo hasta que da problemas. Encargado de una cuadrilla que desazolva colectores y atarjeas, comenta los problemas que causan los desechos capitalinos. En zonas restauranteras, gruesas capas de grasa expulsada de las cocinas bloquean los tubos de desagüe. En zonas de talleres mecánicos, las estopas de los trabajadores. Por eso, tiene razón cuando dice: “Lo que sucede arriba se manifiesta abajo”.
Darío Munguía Torres, jefe de la unidad de Desazolve de Colectores del SACM, explica que en 2009 la limpieza de las redes primaria y secundaria del drenaje generó 17 mil 677 metros cúbicos de basura, a lo que se suman 113 mil 500 metros cúbicos de desechos extraídos de 18 de las 32 presas del poniente de la ciudad.
Tal cantidad de basura daña los equipos de bombeo del drenaje y la prueba está en la planta El Salado de Iztapalapa, de donde se han extraído colchones, sillas, sillones y llantas.
Francisco Santiago Mota, jefe de la oficina oriente de la Unidad de Drenaje Zona-B del SACM, explica que esas plantas de bombeo tienen una vida de hasta 5 años, pero debido a la basura se reduce a un año y medio. La reparación de cada equipo cuesta 500 mil pesos.
Para el arquitecto Jorge Legorreta, académico de la UAM Azcapotzalco, la basura es quizás el menor de los problemas. Desde su perspectiva, lo más grave tiene que ver con los hundimientos generados por la sobreexplotación del acuífero, lo que dificulta cada vez más el desalojo de agua.
Jacobo Espinosa, del proyecto Sierra Nevada, considera complicado que se detengan los hundimientos, pues bosques y zonas agrícolas han sido sustituidos por casas y vialidades que impiden la recarga de agua al subsuelo.
Legorreta advierte que mientras se termina el Túnel Emisor Oriente (nuevo sistema de drenaje), los riesgos son numerosos: “El agua es cada vez más, la ciudad se extiende y los túneles no han sido la solución cabal. Si no reducimos el agua que desciende de las montañas y si no almacenamos el agua de lluvia en la parte baja, vamos en camino a una gran inundación”.

Basura Espacial, aumentó casi un 20 por ciento en 2009




Alrededor de la Tierra hay cerca de 15,090 escombros u objetos catalogados. No obstante, se estima en más de 50.000 objetos mayores de un centímetro.
Se le llama basura espacial o chatarra espacial a cualquier objeto artificial sin utilidad que orbita la Tierra. Se compone de cosas tan variadas como grandes restos de cohetes y satélites viejos, a restos de explosiones, o restos de componentes de cohetes como polvo y pequeñas partículas de pintura.

El año pasado la NASA detectó por primera vez un estancamiento en el aumento de basura espacial, con respecto de los niveles del año anterior, con un total de 12,581 objetos artificiales insertados en la órbita terrestre.
La basura espacial ha aumentado casi un 20 por ciento en 2009, con respecto de los niveles del año anterior, y hay orbitando alrededor de la Tierra cerca de 15,090 escombros, desde cohetes y lanzadores hasta restos de estos aparatos, según se desprende del último informe trimestral de la Oficina del Programa de la NASA de Restos Orbitales.

De los 15,090 cuerpos espaciales, la Commonwealth of Independent States (CIS), Reino Unido y sus colonias, es la que mayor cantidad de basura desecha al espacio, con un total de cinco mil 653 objetos, seguida de Estados Unidos con cuatro mil 812 y de China con tres mil 144.
Mientras, la Agencia Espacial Europea (ESA) es la entidad con menos basura espacial, con tan sólo con 85 cuerpos, de los que concretamente 41 proceden de explosiones y 44 son cohetes, cuerpos y demás escombros.

La basura espacial se ha convertido en una preocupación cada vez mayor en estos últimos años, puesto que las colisiones a velocidades orbitales pueden ser altamente perjudiciales para los satélites de funcionamiento y pueden también producir aún más basura espacial en un proceso llamado Síndrome de Kessler. La Estación Espacial Internacional está blindada para atenuar los daños debido a este peligro.

Problemas
La basura espacial es un tema de preocupación que sin duda comenzará pronto a tomar importancia.
Pese al pequeño tamaño de la mayor parte de los fragmentos, las vertiginosas velocidades a las que están sometidas, hacen de éstos una seria amenaza a cualquier futura misión.
Desde 1991, se han registrado al menos tres colisiones en la órbita terrestre por culpa de la basura espacial. Estas colisiones se irán multiplicando y, a la vez, aumentarán los objetos peligrosos en órbita. La progresión matemática calculada por los expertos cifran en más de 18 choques al año el número de accidentes producidos por esta chatarra para dentro de dos siglos.
La primera maniobra oficial de la evitación de la colisión de la lanzadera espacial fue durante STS-48 en septiembre de 1991. Un encendido del sistema de control durante 7 segundos se realizó para evitar un posible encuentro con restos del satélite 955 de Kosmos.

Los expertos reconocen que hacer frente a este problema es complicado y costoso, por lo que sería necesario que los investigadores idearan nuevos métodos para solucionar esta clase de problemas.

Fuentes: teorema.com.mx, Wikipedia

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