El edificio Chrysler (Chrysler Building en inglés) es un rascacielos art decó situado en el lado este de Manhattan (Nueva York, Estados Unidos), en el 405 de la Avenida Lexington y en la intersección de la Calle 42. Se ha convertido en un símbolo distintivo de la ciudad. Con sus 319 metros (1.047 pies) de altura, fue el edificio más alto del mundo durante 11 meses, hasta que fue superado por el edificio Empire State en 1931. Construido originalmente por la corporación Chrysler, el edificio es actualmente copropiedad de TMW Real Estate (75%) y Tishman Speyer Properties (25%). El edificio Chrysler fue diseñado por William van Alen, el contratista William H. Reynolds y posteriormente vendido a Walter Percy Chrysler como sede central para su compañía.
En el momento en que se estaba levantando el edificio, los constructores de Nueva York se encontraban en una dura competencia para construir el rascacielos más alto del mundo. El edificio Chrysler fue construido a una media de 4 plantas por semana y ningún trabajador murió durante su construcción. Apenas antes de su finalización, el edificio se encontraba igualado con el edificio 40 Wall Street, de H. Craig Severance. Este último agregó posteriormente 61 centímetros a su edificio y reclamó el título de edificio más alto del mundo (esta distinción excluía a las estructuras, como por ejemplo la Torre Eiffel).
Van Alen, previamente, había conseguido permiso en secreto para construir una aguja, que fue construida dentro del edificio. La aguja de acero inoxidable Nirosta fue colocada en la cima del edificio una tarde de noviembre de 1929 haciendo del edifico Chrysler no sólo el edificio más alto del mundo, sino también la estructura más alta, superando a la Torre Eiffel. El edificio abrió sus puertas al público, el 27 de mayo de 1930. Van Alen y Chrysler disfrutaron de esta distinción durante menos de un año, hasta que le fuera entregada al Empire State Building.
El edificio fue renovado en 1978 y 1979, durante los cuales el vestíbulo fue revestido de granito, mármol y acero. La aguja sufrió una restauración que fue completada en 1995. El edificio fue comprado por Alex DiLorenzo. DiLorenzo lo vendió a una empresa de seguros de vida de Massachussets, y posteriormente fue vendido a Jack Kent Cooke, un inversionista canadiense-estadounidense. El edificio, en este momento, es co-poseído por TMW Real Estate, con el 75% de la propiedad, y Tishman Speyer Properties, con el restante 25%.
El edificio Chrysler es un buen ejemplo del estilo arquitectónico art decó; la ornamentación distintiva de la torre está basada en los tapacubos usados por entonces en los automóviles Chrysler. En cada esquina del piso 61 hay una gárgola con forma de águila.[4] En las esquinas del piso 31, están unas réplicas de las tapas de los radiadores de los automóviles Chrysler de 1929, a las que se les añadieron unas alas.
El vestíbulo es igualmente elegante. Cuando el edificio se abrió por primera vez, contaba con una galería de acceso al público en la parte superior, y esta galería fue sustituida pocos años más tarde por un restaurante. Pero ninguna de estas dos iniciativas fueron capaces de ser económicamente sostenibles durante la gran depresión, así que el originario mirador se convirtió en un club privado. Los pisos superiores del edificio son estrechos, con techos inclinados y bajos, diseñados pensando principalmente en el aspecto exterior, con interiores útiles únicamente para albergar emisoras de radio y otros equipamientos mecánicos y eléctricos.
En los años más recientes, el edificio Chrysler ha seguido siendo uno de los favoritos de los neoyorquinos. En verano de 2005, el Museo de Rascacielos de Nueva York escogió a cien arquitectos, constructores, críticos, ingenieros, historiadores, y eruditos, entre otros, para que eligieran a sus 10 rascacielos favoritos entre los 25 de Nueva York. El edificio Chrysler quedó en primer lugar, ya que el 90 % de los elegidos colocó el edificio entre sus 10 edificios favoritos de Nueva York.
Fuente: Wikipedia.
En el momento en que se estaba levantando el edificio, los constructores de Nueva York se encontraban en una dura competencia para construir el rascacielos más alto del mundo. El edificio Chrysler fue construido a una media de 4 plantas por semana y ningún trabajador murió durante su construcción. Apenas antes de su finalización, el edificio se encontraba igualado con el edificio 40 Wall Street, de H. Craig Severance. Este último agregó posteriormente 61 centímetros a su edificio y reclamó el título de edificio más alto del mundo (esta distinción excluía a las estructuras, como por ejemplo la Torre Eiffel).
Van Alen, previamente, había conseguido permiso en secreto para construir una aguja, que fue construida dentro del edificio. La aguja de acero inoxidable Nirosta fue colocada en la cima del edificio una tarde de noviembre de 1929 haciendo del edifico Chrysler no sólo el edificio más alto del mundo, sino también la estructura más alta, superando a la Torre Eiffel. El edificio abrió sus puertas al público, el 27 de mayo de 1930. Van Alen y Chrysler disfrutaron de esta distinción durante menos de un año, hasta que le fuera entregada al Empire State Building.
El edificio fue renovado en 1978 y 1979, durante los cuales el vestíbulo fue revestido de granito, mármol y acero. La aguja sufrió una restauración que fue completada en 1995. El edificio fue comprado por Alex DiLorenzo. DiLorenzo lo vendió a una empresa de seguros de vida de Massachussets, y posteriormente fue vendido a Jack Kent Cooke, un inversionista canadiense-estadounidense. El edificio, en este momento, es co-poseído por TMW Real Estate, con el 75% de la propiedad, y Tishman Speyer Properties, con el restante 25%.
El edificio Chrysler es un buen ejemplo del estilo arquitectónico art decó; la ornamentación distintiva de la torre está basada en los tapacubos usados por entonces en los automóviles Chrysler. En cada esquina del piso 61 hay una gárgola con forma de águila.[4] En las esquinas del piso 31, están unas réplicas de las tapas de los radiadores de los automóviles Chrysler de 1929, a las que se les añadieron unas alas.
El vestíbulo es igualmente elegante. Cuando el edificio se abrió por primera vez, contaba con una galería de acceso al público en la parte superior, y esta galería fue sustituida pocos años más tarde por un restaurante. Pero ninguna de estas dos iniciativas fueron capaces de ser económicamente sostenibles durante la gran depresión, así que el originario mirador se convirtió en un club privado. Los pisos superiores del edificio son estrechos, con techos inclinados y bajos, diseñados pensando principalmente en el aspecto exterior, con interiores útiles únicamente para albergar emisoras de radio y otros equipamientos mecánicos y eléctricos.
En los años más recientes, el edificio Chrysler ha seguido siendo uno de los favoritos de los neoyorquinos. En verano de 2005, el Museo de Rascacielos de Nueva York escogió a cien arquitectos, constructores, críticos, ingenieros, historiadores, y eruditos, entre otros, para que eligieran a sus 10 rascacielos favoritos entre los 25 de Nueva York. El edificio Chrysler quedó en primer lugar, ya que el 90 % de los elegidos colocó el edificio entre sus 10 edificios favoritos de Nueva York.
Fuente: Wikipedia.
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