¿Qué mejor sitio para colocar una granja eólica que en medio del mar? Lejos de la costa -y de la vista del público- es donde los vientos soplan más fuerte, y por ende, donde tienen la capacidad de generar una mayor cantidad de energía.
Sin embargo, construir una granja eólica en aguas profundas y mantener las turbinas de pie, sin que sean derribadas por el viento o el movimiento del mar, no es tarea sencilla.
Éste es, precisamente, el desafío que se plantea DeepCwind (un consorcio de universidades y de empresas privadas en Estados Unidos): crear la primera granja eólica flotante del mundo, para obtener energía del viento a un costo razonable e incluso menor que el de las granjas eólicas en aguas superficiales.
Actualmente las granjas eólicas en el mar están emplazadas cerca de la costa, en regiones donde la profundidad del lecho marino no supera los 30 metros.
Allí, las turbinas se fijan al suelo. Pero cuando se trata de regiones más hondas -a más de 60 metros de profundidad- aferrar las turbinas al fondo del mar deja de ser una posibilidad. La opción es dejarlas flotando.
"El problema principal es mantener las turbinas estables", le dijo a BBC Mundo Habib Dagher, investigador de la Universidad de Maine y director de DeepCwind. "En realidad, todo puede estabilizarse, el desafío es hacerlo sin que el costo sea exorbitante", añadió el científico.
El consorcio está trabajando ahora en la fabricación a escala de tres prototipos de turbinas flotantes.
"La idea es instalarlos en un tanque de agua y comparar su desempeño", explicó Dagher.
Uno de los diseños consiste en un tubo flotante con una gigantesca quilla en su parte inferior y anclas para darle mayor estabilidad. El segundo se aferra al fondo marino mediante una serie de cables y el tercero, que también se afirma al suelo con cables, tiene un par de plataformas sumergibles para mantener la turbina en equilibrio.
Una vez seleccionado el modelo que mejor funcione, el equipo trasladará las turbinas a una sitio en el mar ubicado a cuatro kilómetros de la Isla Monhegan, una pequeña isla en la costa Atlántica del norte de EE.UU., donde el mar tiene un profundidad de aproximadamente 120 metros.
Para 2014, el equipo tiene previsto construir la granja, no con prototipos a escala, sino con las turbinas en tamaño real. En opinión de Dagher, el potencial de las granjas eólicas flotantes es enorme. Por un lado, ofrecen una solución al problema de la contaminación visual, uno de las objeciones más frecuentes a esta fuente de energía alternativa.
"Al estar ubicadas más de 20 millas náuticas mar adentro (unos 37 Km.), debido a la curvatura de la tierra, no pueden verse desde la costa", dice el científico. "Lejos de los canales de navegación y de las actividades recreativas, estas granjas no causan interferencias", agrega.
Asimismo, su instalación es mucho más económica, ya que las turbinas se ensamblan en tierra y luego se llevan al sitio elegido, en oposición a las turbinas de viento de aguas superficiales, que deben ser instaladas utilizando herramientas y barcos especiales.
Y, por supuesto, está el factor energético: como la velocidad del viento es mucho mayor, Dagher estima que estas granjas podrían generar el doble de electricidad que las granjas eólicas convencionales.
Fuente: bbc.co.uk
Sin embargo, construir una granja eólica en aguas profundas y mantener las turbinas de pie, sin que sean derribadas por el viento o el movimiento del mar, no es tarea sencilla.
Éste es, precisamente, el desafío que se plantea DeepCwind (un consorcio de universidades y de empresas privadas en Estados Unidos): crear la primera granja eólica flotante del mundo, para obtener energía del viento a un costo razonable e incluso menor que el de las granjas eólicas en aguas superficiales.
Actualmente las granjas eólicas en el mar están emplazadas cerca de la costa, en regiones donde la profundidad del lecho marino no supera los 30 metros.
Allí, las turbinas se fijan al suelo. Pero cuando se trata de regiones más hondas -a más de 60 metros de profundidad- aferrar las turbinas al fondo del mar deja de ser una posibilidad. La opción es dejarlas flotando.
"El problema principal es mantener las turbinas estables", le dijo a BBC Mundo Habib Dagher, investigador de la Universidad de Maine y director de DeepCwind. "En realidad, todo puede estabilizarse, el desafío es hacerlo sin que el costo sea exorbitante", añadió el científico.
El consorcio está trabajando ahora en la fabricación a escala de tres prototipos de turbinas flotantes.
"La idea es instalarlos en un tanque de agua y comparar su desempeño", explicó Dagher.
Uno de los diseños consiste en un tubo flotante con una gigantesca quilla en su parte inferior y anclas para darle mayor estabilidad. El segundo se aferra al fondo marino mediante una serie de cables y el tercero, que también se afirma al suelo con cables, tiene un par de plataformas sumergibles para mantener la turbina en equilibrio.
Una vez seleccionado el modelo que mejor funcione, el equipo trasladará las turbinas a una sitio en el mar ubicado a cuatro kilómetros de la Isla Monhegan, una pequeña isla en la costa Atlántica del norte de EE.UU., donde el mar tiene un profundidad de aproximadamente 120 metros.
Para 2014, el equipo tiene previsto construir la granja, no con prototipos a escala, sino con las turbinas en tamaño real. En opinión de Dagher, el potencial de las granjas eólicas flotantes es enorme. Por un lado, ofrecen una solución al problema de la contaminación visual, uno de las objeciones más frecuentes a esta fuente de energía alternativa.
"Al estar ubicadas más de 20 millas náuticas mar adentro (unos 37 Km.), debido a la curvatura de la tierra, no pueden verse desde la costa", dice el científico. "Lejos de los canales de navegación y de las actividades recreativas, estas granjas no causan interferencias", agrega.
Asimismo, su instalación es mucho más económica, ya que las turbinas se ensamblan en tierra y luego se llevan al sitio elegido, en oposición a las turbinas de viento de aguas superficiales, que deben ser instaladas utilizando herramientas y barcos especiales.
Y, por supuesto, está el factor energético: como la velocidad del viento es mucho mayor, Dagher estima que estas granjas podrían generar el doble de electricidad que las granjas eólicas convencionales.
Fuente: bbc.co.uk
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