Para JoeBen Bevirt el futuro de la producción energética está en el cielo. Los vientos globales son una tremenda fuente de energía. Al operar a una altura cinco veces mayor que una turbina convencional, los vientos son mucho más consistentes y más veloces, lo cual da como resultado más energía, con más frecuencia. Nuestra meta es implementar este sistema en todo el globo para producir electricidad barata, abundante y consistente para un planeta próspero. Actualmente, este inventor está finalizando los últimos detalles de una serie de cometas gigantes, que, según él, pueden recolectar la energía que producen los rápidos vientos cruzados que circulan en las alturas.
Estas turbinas de viento se elevarán a cerca de 600 metros de altura, donde permanecerán flotando. Desde allí, transferirán la energía que junten hacia la tierra a través de un cable. El sistema tiene la capacidad de navegar a más de 10.000 metros de altura, pero la compañía debió limitar la altura a 600 metros debido a la preocupación expresada por la Administración Federal de Aviación de EE.UU.
La idea de aprovechar la energía que se genera en altura fue planteada por primera vez en la década de los '70. Pero en ese entonces no era técnicamente posible. Sin embargo, los avances recientes en la producción de materiales, recursos informáticos y vehículos aéreos que no necesitan piloto, hicieron posible la realización de esta idea.
Como resultado, existen hoy día una serie de compañías que están explorando diferentes diseños para generar energía renovable del cielo, a bajo costo. Una tecnología desarrollada por Joby Energy se parece a una cometa grande de varios cuerpos. Las estructuras autónomas se controlan mediante una computadora y pueden despegar verticalmente antes de llegar a la altitud deseada.
El vuelo está controlado por un sistema de computación avanzado y la electricidad se envía mediante una suerte de cable a una subestación eléctrica donde se la convierte de CC (corriente continua) a AC (corriente alterna), para incorporarla a la red eléctrica. Según sus inventores, estos dispositivos son portátiles y su construcción relativamente económica, comparada con la de las turbinas convencionales.Y, además, pueden generar el doble de energía.
Al operar a una altura cinco veces mayor que una turbina convencional, los vientos son mucho más consistentes y más veloces, lo cual da como resultado más energía, con más frecuencia, e ir incluso más arriba, en teoría, genera más energía.
"Al ir más arriba aumenta la velocidad del viento disponible", explica William Moomaw, director del Centro Internacional de Medio Ambiente y Políticas de Recursos de la Universidad Tufts, en Massachusetts, Estados Unidos. "Las velocidades más rápidas a más altura deberían producir mucha más electricidad".
Después de probar unos 20 prototipos, la compañía se decantó por un sistema de 30 kilovatios (kW), que se utilizará para evaluar la eficiencia del diseño. Si funciona, la empresa pondrá a prueba un prototipo de 100 kW el año próximo.
El objetivo es crear una línea inicial de sistemas con una capacidad de 300 kW para generar energía suficiente para abastecer 150 hogares. Sistemas más grandes de 3 megavatios (MW) o más permitirían suministrar electricidad a 1.500 viviendas. Lo que aún falta demostrar, explica Moomaw, es que el costo de la energía no es tan elevado como para anular los beneficios. Por otra parte, la empresa debe demostrar que los sistemas de control son confiables y que el sistema en general es seguro.
El cable que se conecta en diagonal a la tierra puede representar un peligro, dice Mick Womersely, director de la Unidad de Sustentabilidad del Unitiy College.
Bervit asegura que los sistemas están diseñados para operar con fuertes vientos y que si las turbinas se topan con vientos huracanados, el sistema puede volver a tierra y lanzarse al aire nuevamente cuando mejoren las condiciones climáticas. "Y si el cable se rompe, el sistema puede aterrizar sin dificultad, alimentándose de energía provista por una batería", añade.
"Desde el punto de vista del peligro, en relación a la electricidad, ésta se corta automáticamente si el cable se daña, y cuando toca el suelo, el sistema está apagado".
En principio, la compañía tiene previsto poner a prueba esta tecnología en áreas de fuertes vientos poco pobladas. Si las pruebas tienen éxito, Bevirt espera implementar esta tecnología en diferentes partes del mundo. "Nuestra meta es implementar este sistema en todo el globo para producir electricidad barata, abundante y consistente para un planeta próspero".
Estas turbinas de viento se elevarán a cerca de 600 metros de altura, donde permanecerán flotando. Desde allí, transferirán la energía que junten hacia la tierra a través de un cable. El sistema tiene la capacidad de navegar a más de 10.000 metros de altura, pero la compañía debió limitar la altura a 600 metros debido a la preocupación expresada por la Administración Federal de Aviación de EE.UU.
La idea de aprovechar la energía que se genera en altura fue planteada por primera vez en la década de los '70. Pero en ese entonces no era técnicamente posible. Sin embargo, los avances recientes en la producción de materiales, recursos informáticos y vehículos aéreos que no necesitan piloto, hicieron posible la realización de esta idea.
Como resultado, existen hoy día una serie de compañías que están explorando diferentes diseños para generar energía renovable del cielo, a bajo costo. Una tecnología desarrollada por Joby Energy se parece a una cometa grande de varios cuerpos. Las estructuras autónomas se controlan mediante una computadora y pueden despegar verticalmente antes de llegar a la altitud deseada.
El vuelo está controlado por un sistema de computación avanzado y la electricidad se envía mediante una suerte de cable a una subestación eléctrica donde se la convierte de CC (corriente continua) a AC (corriente alterna), para incorporarla a la red eléctrica. Según sus inventores, estos dispositivos son portátiles y su construcción relativamente económica, comparada con la de las turbinas convencionales.Y, además, pueden generar el doble de energía.
Al operar a una altura cinco veces mayor que una turbina convencional, los vientos son mucho más consistentes y más veloces, lo cual da como resultado más energía, con más frecuencia, e ir incluso más arriba, en teoría, genera más energía.
"Al ir más arriba aumenta la velocidad del viento disponible", explica William Moomaw, director del Centro Internacional de Medio Ambiente y Políticas de Recursos de la Universidad Tufts, en Massachusetts, Estados Unidos. "Las velocidades más rápidas a más altura deberían producir mucha más electricidad".
Después de probar unos 20 prototipos, la compañía se decantó por un sistema de 30 kilovatios (kW), que se utilizará para evaluar la eficiencia del diseño. Si funciona, la empresa pondrá a prueba un prototipo de 100 kW el año próximo.
El objetivo es crear una línea inicial de sistemas con una capacidad de 300 kW para generar energía suficiente para abastecer 150 hogares. Sistemas más grandes de 3 megavatios (MW) o más permitirían suministrar electricidad a 1.500 viviendas. Lo que aún falta demostrar, explica Moomaw, es que el costo de la energía no es tan elevado como para anular los beneficios. Por otra parte, la empresa debe demostrar que los sistemas de control son confiables y que el sistema en general es seguro.
El cable que se conecta en diagonal a la tierra puede representar un peligro, dice Mick Womersely, director de la Unidad de Sustentabilidad del Unitiy College.
Bervit asegura que los sistemas están diseñados para operar con fuertes vientos y que si las turbinas se topan con vientos huracanados, el sistema puede volver a tierra y lanzarse al aire nuevamente cuando mejoren las condiciones climáticas. "Y si el cable se rompe, el sistema puede aterrizar sin dificultad, alimentándose de energía provista por una batería", añade.
"Desde el punto de vista del peligro, en relación a la electricidad, ésta se corta automáticamente si el cable se daña, y cuando toca el suelo, el sistema está apagado".
En principio, la compañía tiene previsto poner a prueba esta tecnología en áreas de fuertes vientos poco pobladas. Si las pruebas tienen éxito, Bevirt espera implementar esta tecnología en diferentes partes del mundo. "Nuestra meta es implementar este sistema en todo el globo para producir electricidad barata, abundante y consistente para un planeta próspero".
Fuentes: bbc.co.uk, jobyenergy.com
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